sábado, octubre 21, 2006


Ser andaluz es un estado de la mente

Como he dicho en mi anterior anotación, puede que Andalucía haya sido y sea fuente de inspiración, y siempre sea un lugar a descubrir. Sin embargo, Andalucía es ante todo una emoción, un estado de la mente. Andalucía se construye en las mentes antes que en cualquier otro lugar. Si queremos una Andalucía viva necesitamos cuidarla. Y si queremos cuidarla tenemos que cuidar nuestras mentes.

Yo creo que el mejor modo de cuidar la mente es cuidar la memoria y refrescarla. Sin duda esto es algo que muchos andaluces necesitan hacer. Para ello hace falta tiempo y esfuerzo. Leer sobre nuestra historia es vivificar nuestra memoria colectiva. Reconstruir nuestro pasado implica asumir una identidad, un lugar en el mundo. Es posible asumir múltiples identidades. Uno puede sentirse andaluz y bético, o andaluz y sevillista. Las diversas identidades no tienen porque ser exclusivas o fijas. Hoy podemos sentirnos más jóvenes o viejos, productivos o improductivos. Todo cambia día a día. Sin embargo, existen ciertos aspectos de nuestra identidad que hacen de telón de fondo, de manto protector. A mí me parece que ser andaluz es sin duda la forma más segura de conducirse por el mundo.

Er nota.

viernes, octubre 20, 2006


Andalucía en la Memoria Colectiva

Andalucía existe en la memoria colectiva de una manera especial. Nuestra amada tierra todavía es vista como un lugar peligrosamente atractivo y romántico. Muchos andaluces podrían sorprenderse de esa sea la imagen que emerge en todas las cabezas, pero la realidad es que eso es lo que contiene la memoria colectiva de las gentes. En el extranjero, nuestro país es visto como un vergel, un paraíso donde esconderse y experimentar sensaciones epicúreas.

Es muy posible que estas imágenes que flotan en el inconsciente colectivo fueran forjadas en el siglo XIX, cuando los viajeros del norte de Europa y Estados Unidos empezaban una nueva forma de explorar. Aquéllos eran hombres de clase media, "nuevos ricos", que sedientos de nuevos retos necesitaron "redescubrir" el mundo. A su paso se encontraron con Andalucía y la descubrieron. Nosotros fuimos los que los descubrimos a ellos, y los educamos y les dimos nombre. Pero de eso casi nos hemos olvidado. Sin embargo, bien es verdad que de tanto descubrir y explorar, los andaluces nos cansamos mucho, y decidimos dormir durante siglos y siglos. Mientras dormíamos, otros pueblos nos descubrieron yaciendo entre las montañas de las Alpujarras. Nos vieron como bellas durmientes bajo la sombra de las encinas de las dehesas del Guadalquivir, y quisieron pensar que habían descubierto un mundo nuevo. Ellos tenían razón. El niño descubrió a su madre. Pero la madre es el principio y el fin. Y eso es lo que es Andalucía para mí. Andalucía descubre y es descubierta. Andalucía es madre (y abuela) y es amante de sus exploradores. Pero, ¿Cómo debe ser Andalucía para los Andaluces?. A mi modo de ver, Andalucía como una buena amante debería ser muchas mujeres diferentes. Andalucía no puede quedarse estancada en el siglo XIX. Andalucía es mucho más que Carmen, mucho más que Chiquita la Piconera. Andalucía tiene que ser pintada una y otra vez, dibujada, esbozada. Andalucía es también una mujer nueva, una mujer madura, una mujer científica, una mujer moderna. Andalucía se renueva con cada soplo de inspiración de sus amantes. Y no puede ser de otra manera.

Er nota.

Cambridge, 20 de Octubre de 2006

Queridos amigos;

Estas son mis primeras anotaciones en este "cuaderno virtual" que he creado para compartir mis reflexiones con todos vosotros. Soy un andaluz que vive en Cambridge. Soy un hombre de mediana edad y mediana inteligencia y sin otra pretensión que conocer el mundo en que vivimos (y por tanto también concerme a mí mismo, ya que el "ser" es una entidad atada al mundo real) con las limitaciones que conlleva ser humano, y por tanto imperfecto, inconcluso. Pero es esa misma limitación la que podemos usar para conocer nuestro entorno. Esa precaria situación es la que ayuda a solucionar problemas y superar la adversidad. Nuestra grandeza como humanos reside en conocer nuestra fragilidad. Creo que esa vulnerabilidad está íntimamente conectada con nuestra identidad porque si sabemos lo que somos podemos dosificar nuestras fuerzas y saber arriesgar con prudencia. Por tanto, mi punto de referencia, mi punto de arranque, es lo andaluz que hay en mí. Ese andaluz de paso lento que llevo dentro es mi brújula, mi instinto, mi reloj y sobre todo mi corazón.

Me veo a mí mismo como un típico representante de "lo andaluz". No puedo verme como un "aspirante" a andaluz. Creo que eso no es algo inconcluso. Quizás puede que sea un aspirante a "caballero", pero ser lo que se dice ser, soy andaluz. Quisiera que este cuaderno tuviera como eje e inspiración "el hecho andaluz" y la "identidad andaluza". ¿Porqué centrarse en Andalucía cuando en realidad vivo lejos de mi tierra?. ¿Porqué pensar en Andalucía cuando para la mayoría del planeta, Andalucía sea sólo un remoto y exótico lugar?. Creo que ser andaluz significa ser explorador y aventurero. Creo que el andaluz se tiene que curtir en tierras lejanas, el andaluz se tiene que hacer caminando y explorando el mundo, como han hecho siempre nuestros antepasados. Sostengo la creencia de que si los pueblos que se desarrollaron entre el Eúfrates y el Tigris son los padres del mundo antiguo, Andalucía es la madre del mundo moderno. Andalucía es la madre de América y los andaluces son los navegantes y exploradores de este mundo nuevo.

Dado que el mundo moderno es complejo, cambiante y caleidoscópico puede que sea difícil pensar que Andalucía merezca semejante y tan privilegiado tratamiento. Pero como he dicho al principio, Andalucía es mi inspiración, mi musa. Dicen que los enamorados lo dan todo por su objeto amado. También se dice que la imaginación es un don que si se sabe usar, puede generar ideas y reflexiones profundas. De modo que aprovechando tan sabias palabras, me voy a lanzar y dar rienda suelta a mi imaginación y fantasear con mi amante secreta; Andalucía.

Andalucía, te debo mi vida, te lo debo todo. Pídeme lo que quieras. Un beso. Er nota.