Saboreando Paris

Unos dias fuera de la monotonia viene bien a todo el mundo. Hemos tomado el Eurostar desde Londres a Paris y nos ha sorprendido lo chungo que es en comparacion con el AVE. El Eurostar no es espacioso pero aun asi es mejor que viajar en avion. Nos hemos quedado en casa de un andaluz afincado en Paris. Esta ciudad es parecida a Barcelona al menos desde el punto de vista nuestro. Esto significa que es una ciudad moderna, abierta y diversa, con arquitectura poderosamente burguesa y de buen gusto. Hay muchos pobres por la calle, mucha gente con problemas de salud mental totalmente a su suerte. Sin embargo, la gente parece ser capaz de tolerar esta forma de fealdad en una ciudad tan bella.

Llegamos anoche y despues de la resaca benigna de un extraordinario chateau de Chamirey (Mercurey) y un estupendo Chateau Haut Daillot (Bordeaux) nos hemos recuperado lentamente esta manana y nos hemos tomado el tiempo necesario para recomponernos. Desayuno con brioche y yogurt natural. Que refrescante! Hemos salido de casa y a un salto de cama nos hemos encontrado en el centro Pompidou, el cual hemos observado mientras almorzabamos. Despues nos hemos dejado caer por el museo Picasso en el cual se dice que Picasso nace en Malaga (y nada mas). Los franceses barren para casa. En el museo no hay accesso para discapacitados y nos ha costado pasear con el carrito del bebe. En esto los ingleses van mas avanzados pues saben que los museos son para todos. Al menos eso si, muchos de los comentarios de los cuadros estan en castellano (despues del ingles por desgracia). Respecto a las obras expuestas, la verdad es que son numerosas y muestran la metamorfosis de este pintor andaluz, que supo encontrar un lenguaje propio en una tierra extranjera. Todo un logro para un emigrante.

Por cierto, si en algun momento en otros posts he mencionado que los ingleses se las traen conduciendo al reves, los franceses tambien se las traen jodiendo al personal con un teclado de ordenador totalmente diferente. En fin, los europeos del norte y sus excentricidades. Agur.