domingo, noviembre 29, 2009


El Viaje a Ninguna Parte

Ismael siempre había detestado su ciudad tanto como así mismo. Sevilla representaba la idolatría al costumbrismo más atroz, el realismo más cruel y reduccionista y por supuesto el aislacionismo de todo lo que tuviera que ver con modernidad. En los años ochenta, él era uno de tantos sevillanos que se escondían en sus habitaciones como sus antepasados criptojudaicos para escapar al menos con la imaginación, de un mundo sórdido e intolerante. Sus tardes se iban escuchando música prohibida y leyendo cómics o novelas en lugar de estar en la calle aporreando tambores de Semana Santa o participando en cualquier otra actividad pseudoreligiosa de las múltiples opciones que había en Sevilla (i.e. participando en actividades parroquiales) o haciéndose pasar por un competente macho ibérico (i.e. haciendo deporte o comentando eventos deportivos). Ismael pasaba de todo eso y de mucho más con gran costo para su autoestima y su sentimiento de alienación.

Sin embargo, los años fueron pasando e Ismael se fue consolidando en sus conocimientos, actitudes y progreso en general. Todos los que habían madurado mucho más que él (la mayoría) a nivel corporal, emocional o social, se empezaban ahora a quedar atrás. A principios de los noventa él ya estaba en la Universidad y sus amigos del barrio se habían estancado con las novias de siempre y los trabajos de obrero que les habían permitido abrazar aún más la cultura conformista de la ciudad. El estaba pelado, pero era culto. Los amigos que siempre se habían mofado de él, lo hacían ahora cada vez con menos fundamento. En cualquier caso, él ya cada vez tenía menos tiempo y necesidad de verlos.

Ismael comenzó a viajar con sus ahorrillos que sacaba de dar clases particulares a alumnos rezagados y también empezó a abrazar la cultura de la Sevilla universitaria. A pesar del enorme salto que esto supuso para él, Sevilla atravesaba una enorme recesión económica que ni la Expo pudo evitar. La desilusión de los jóvenes y la desidia de los políticos y responsables de la ciudad acabaron por expulsar a sus talentos fuera de esta querida y odiada ciudad. El era sólo uno más de una larga lista de becados por la diáspora. No hubo posibilidad de quedarse y la marcha confirmó su odio por todo lo que conocía.

Sus búsqueda intelectual le llevó por muchas culturas y lugares del mundo. Había tenido tiempo de pasar por los corazones de muchas mujeres y por la exploración de profundos conceptos filosóficos y científicos. Su ideal era el 'futuro' y su preocupación 'el avance de la sociedad'. A pesar de todo, su más profundo deseo era convertirse en un astronauta y embarcarse en un viaje cósmico de solo ida y quizás encontrar la verdadera esencia humana como el protagonista de Solaris. Tal era su desinterés por vivir una vida normal. Descubrió que su pasión más básica era realmente comprender este mundo como si de otro se tratase; analizarlo todo objetivamente, sin pasiones, trampas ni complejos. Quería ver el mundo evitando todo lo que Sevilla le había enseñado.

Cuando Ismael pensó otra vez en Sevilla habían pasado 20 años. Habiéndolo dejado todo y a todos, Ismael pensó que a lo mejor sería una buena idea darse un paseo por aquella ciudad convencional y temerosa del futuro. Cuando volvió ya no reconoció nada ni a nadie. Sus miedos se habían ido, sus odios se habían esfumado y su desprecio por el sevillanismo se habían tornado en un sentimiento de compasión hacia la gente mediocre. Ismael se sintió confuso y aislado al pasear por esa ciudad tan cotilla en la que todo el mundo creía saber de todo y de todos. Ya no sentía la opresión de su historia, ni la ordinariez de su pueblo llano. Ismael vio por primera vez la ciudad como un extranjero.

A sus cuarenta y cinco años Ismael se dio cuenta de que su viaje cósmico había terminado. Le había dado la vuelta al mundo y había acabado volviendo exactamente al mismo sitio. Sin embargo, su lugar de origen ya no era el mismo para él. Con su viaje intelectual a la velocidad de la luz científica, había saltado a otra dimensión. Alucinado por sus pensamientos y emociones, continuó rastreando la ciudad de punta a cabo. Pero se siguió sintiendo igual. Ahora que había extirpado el dolor de su corazón y había aniquilado sus odios de juventud, Ismael tuvo que pensar y decidir de nuevo qué quería de su vida. Esto le hizo sentir veinte años más joven.

miércoles, noviembre 25, 2009


La Música entre Nosotros

Hemos iniciado una forma de relacionarnos que creo va a ser fructífera. Todo fue a raíz de celebrar el cumpleaños de nuestro hijo en Andalucía y hacer algo especial y diferente que expresara nuestra nostalgia como emigrantes y comunicara a los que viven en nuestra tierra cómo sentimos el Andalucismo los que vivimos en el 'exterior'. De modo que en lugar de hacer un típico cumpleaños pensamos que podríamos contratar a unos músicos andaluces y también traer a animadores para los niños. Así los adultos podrían concentrarse y disfrutar de la música. En el Molino del Corcho en Cazalla de la Sierra se nos dio plena libertad para organizar este evento y fue un éxito reunir a cerca de 30 personas. La música nos unió a todos y nos hizo sentir más andaluces. En la foto podéis ver al guitarrista Miguel Angel Romero y al cantaor Antonio Reina que nos deleitaron con su arte. Todo el mundo quedó impresionado incluyendo a los niños que escucharon un rato la guitarra y la voz flamenca de estos artistas.

jueves, noviembre 19, 2009


Momentos para Disfrutar

El martes 17 de Noviembre de 2009 recibí mi título de Doctor en Psicología Clínica de la mano del Rector de la Universidad de Hertfordshire en la catedral de St Albans. Aunque ha sido un evento que esperaba con ganas, era más que nada una ocasión para ver a mis compañeros de estudio. Sin embargo, la organización y presentación del evento fue sorprendente y me emocionó y conmovió bastante. Me alegro de haber podido ser partícipe de este gran día.

Una efeméride astronómica que coincidió este día fue el punto culminante de la lluvia de meteoritos conocida como Leónidas.

La ceremonia se puede ver en este vídeo. Yo aparezco a partir del minuto 34 aproximadamente:


domingo, noviembre 15, 2009




¿Han Cambiado las Cosas?

Los viejos y menos viejos dicen que ya nada es lo mismo. Los amigos recuerdan los tiempos idílicos de la escuela. Los que abrazaron la doctrina del magisterio sentencian que los niños ya no aprenden. Los policías dicen que la gente ya no respeta nada. El ciudadano comenta que los políticos ya no son lo que eran. Los agricultores se quejan de todo y los amantes de que amaron. Aquí os ofrezco un poema Andaluz que debió ser escrito hace casi mil años. Juzgen ustedes mismos:

Este Mísero Mundo

Vana es la mente, la inteligencia oscura,
a la vista está el cuerpo, pero el alma escondida,
el mundo, quien lo busca no halla sino el mal.

Y el hombre la alegría en la tierra no encuentra.
Hoy en día el vasallo da muerte a su señor,
la sirvienta y la esclava a la reina reprenden,
contra el padre y la madre el hijo se levanta
y también la hija contra su padre y madre.

Amigo, mis miradas contemplaron el mundo,
lo bueno a ojos de todos; ¡sólo confusión vieron!
Mientras vive, fatigas ha de aguantar el hombre
y al final solo obtiene terrones y gusanos.

Tierra, vuelve a la tierra
y el alma al alma vuela.

Salomón Ibn Gabirol (conocido como Avicebrón)

sábado, noviembre 14, 2009




¡Qué Bergoña!

Creía que no tenía tiempo ni para sentir vergüenza. En estos días en los que ya voy aceptando que soy padre de dos hijos, voy perdiendo ya la conciencia de mi propio Yo, la memoria y todo cuanto sabía. También he perdido la motivación para intentar recuperar el aliento y ponerme al día. Ahora he dejado de vivir para mí y he empezado a vivir para 'ellos'. Pero, ¿he abandonado mis más absurdas creencias? Los estereotipos siguen funcionando, pero lo peor es cuando uno mismo es el que se los cree. Una prueba de que este esquema mental marca la vida de uno, es intentar salir a la calle para hacer recados.

He ido esta mañana al centro de Witham para arreglar un asunto en el banco. Me preguntan con qué banco tengo la hipoteca (pero no me acuerdo). La señora de la ventanilla pone cara rara, comprueba el ordenador y me dice que la tengo con ellos. Después me pide mis datos personales y le digo que no me acuerdo de mí número de teléfono. Más caras raras.

Salgo del banco humillado y voy después a la casa SEAT. Los motivos: un icono amarillo aparece cada vez que arranco. Se supone que indica que la presión de las ruedas no está bien, aunque lo he comprobado ya cien veces. También voy porque el niño se ha cargado la función que hacía que el coche cerrara los espejos retrovisores automáticamente. Me atienden rápido. Llega el mecánico y con dos toques de botón arregla las dos cosas. Le digo gracias al tipo, sin mirarle a la cara. Me meto en el coche a toda velocidad para ver si la sensación de ser gilipollas se me va más rápido.

La emoción es un fenomeno difícil de controlar. No me podía explicar porqué tengo que sentirme avergonzado, pero la realidad es que siendo hombre y no tener ni idea de coches es algo poco usual. Lo mejor de todo es que no tengo la más mínima intención de saber de coches. Por otro lado las hipotecas y los números de teléfono tampoco son mi fuerte. ¡Que le den por culo a todo!

viernes, noviembre 13, 2009


Anécdota de un Experto en Calefacción

Todo hombre sabe que las mujeres tiene una obsesión por poner la calefacción alta, esto es sin duda un hecho comprobado. Sin embargo, yo nunca había ido más allá de mi propio hogar a la hora de pensar sobre este tema. La esposa siempre tiene la calefacción unos grados más de lo conveniente, y eso es simplemente uno de los fastidios de vivir con otra persona.

Esta semana el señor de la calefacción ha venido a nuestras oficinas porque la calefacción no funcionaba. Coincidí con Ian en la cocina y de manera espontánea comenzamos a hablar mientras nos tomábamos una bebida caliente. Después de explicarme el motivo de la avería y hacerme saber que la calefacción estaría arreglada muy pronto, le comenté a Ian que en realidad el hecho de que la calefacción no funcionara no era un asunto grave. De hecho los hospitales nacionales de Inglaterra siempre tienen la temperatura más alta de la cuenta. Para unos días que esto no ocurría, tampoco era para alarmarse. Después de este comentario, Ian observó que él tenía una teoría sobre dicho fenómeno. Ian me dijo que en los hospitales ingleses la temperatura media es de 25ºC en invierno y 15ºC en verano. Y que tal arbitrareidad es debido a que la mayoría del personal hospitalario es mujer. No tiene sentido que teniendo un medio controlado la temperatura media tenga que variar tanto a lo largo del año. Lo lógico sería que la temperatura media fuera de 21ºC todo el año. Pero al ser un sistema dominado por las féminas, esto se convierte en un mundo errático y caprichoso. Si esto fuera así, también los colegios y las guarderías deberían de funcionar igual.

El análisis me pareció interesante, y estuve a punto de decir que en realidad las mujeres tienen un problema de regulación de la temperatura, especialmente en sus extremidades. Esto hace que experimenten los cambios de temperatura de manera más brusca y les cueste por ejemplo, calentarse manos y pies en invierno. Evité mi observación por no quedar como un pedante, pero me volví hacia mi fría oficina con una sensación de haber colocado una de esas piezas del puzzle de la vida que aunque completamente diminuta, siempre agrada encontrar de vez en cuando.

miércoles, noviembre 11, 2009


Encuentros

Siempre hay un lugar y un momento para los encuentros y los reencuentros. Este fin de semana hemos estado en Cazalla de la Sierra, de nuevo en el Molino del Corcho, increíble alojamiento rural. Este maravilloso lugar nos ha servido para reecontrar amigos y para encontrarnos como Andaluces. En el punto álgido hemos sido 32 Andaluces reunidos para sentir nuestra identidad.

www.molinodelcorcho.es

martes, noviembre 03, 2009


Sevilla, Estación Términus (José María Vaz de Soto, 2009)

Compré esta novela en Andalucía, la última vez que estuve (Septiembre de este año). La verdad es que me he leído el libro de Vaz de Soto porque no vivo allí en mi tierra. Su novela refleja la detestable gente de Sevilla que se las da de culta. Para el que desconozca la fauna andaluza, es un texto interesante porque explora una 'especie' menos conocida para el forastero, pero tan fantoche como el archiconocido arquetipo del chabacano andaluz. Digo que se las 'dan de culta' porque son gentes que se aprenden cosas de memorieta, pero no alcanzan a entender la profundidad de los conceptos o carecen de la flexibilidad para adoptar nuevos puntos de vista. Esto se refleja en la incapacidad de los personajes de adaptarse a los cambios históricos y culturales que la novela describe. Ellos critican al régimen político anterior, con todos sus valores más concretos y fáciles de ridiculizar, pero siguen básicamente leales al clasismo, al desprecio de la igualdad, a la renuncia a la innovación, a la renovación de la identidad, y la entrega al pesismismo porque el mundo ya no está bajo el imperio español. Asimismo, esta novela también refleja otra grave debilidad de los intelectuales andaluces; la confusión de la ciencia con una tecnología. La ciencia es una forma de pensar que obliga a cambiar de forma de pensar constantemente según el contraste de hipótesis. Para el intelectual andaluz la ciencia es una forma de demostrar lo que uno ya sabe de antemano, por tanto no exige el cambio de actitud ni cambio de hipótesis.

El autor del libro puede que con el ejercicio de escribir una novela haya conseguido explorar sus propias dudas existenciales pero no ha escrito nada que sorprenda ni estimule. Su novela es un intento de poner derecho a todo el mundo al estilo franquista, acusando de mediocres a los poderosos (sin participar en la vida política y así creando una actitud pasiva en el tejido social intelectualmente más capaz) y de retrasado mental al pueblo andaluz (deslegitimizando el derecho a acusar al invasor español del atraso crónico de Andalucía). Con su rabia expresada a través de sus personajes nuestro autor muestra la incapacidad de autocrítica de un mediocre funcionario (profesor de instituto) que no es precisamente un ejemplo de virtud intelectual. Vaz de Soto se proyecta muy bien a través de Javier y Luis sin duda alguna. Su extremada obsesión por la medicación, por reducir la psicología clínica a lo que Freud haya podido aportar (saltándose 80 años de investigación psicológica), sugiere que no se ha documentado para nada en lo que a la ciencia moderna se refiere y que simplemente muestra que tanto nuestro querido escritor como su personaje Javier se quedaron estancados en sus años de juventud (Real Madrid, López Ibor y Marcial Lafuente Estefanía).

A pesar de esto, creo que este libro es un buen retrato a piezas de un aburrido cincuentón andaluz culto. A piezas porque los dos principales personajes son uno solo (caras de una misma moneda). En este sentido la novela refleja bien el carácter deprimente y casposo de la clase media intelectual andaluza y constituye un retrato robot de esa generación tan pesada y tan quejosa de todo, que ojalá desaparezca de una vez por todas. Porque aquellos que eran fascistas, quizás lo serían pero al menos creían en algo. Pero los que se las dan de izquierdas y son unos fachas, esos no creen nada más que en sí mismos. Esta novela tambíen refleja el egoísmo y la amargura de esas gentes que tuvieron la suerte de educarse pero que no pudieron dar el salto mental hacia la democracia. Son arrogantes y desprecian lo que no entienden.

Para finalizar, Vaz de Soto tiene que embadurnar su novela de un escandaloso odio a lo andaluz. A él le hubiera gustado ser de Madrid o quizás haber nacido en París. Pero no hijo mío, naciste en Paymogo. Creo que novelas de este tipo es lo mejor que necesita Andalucía para hundirse del todo. No sólo nos desprecian los españoles, sino que encima, nosotros mismos nos odiamos. ¿Para qué más?