domingo, enero 22, 2012

Belleza Andaluza en Guadalupe



Esta foto fue tomada en Noviembre de 2011 desde el Parador de Guadalupe. Este municipio que en andaluz significa 'río de lobos' es muy andaluz. Sólo hay que pasear por sus calles y ver elementos andaluces dando  personalidad a este frondoso lugar. Elementos moriscos y judíos nos asaltan por doquier. El mismo Parador es un ejemplo de la herencia andalusí de este lugar. Esperemos que algún día Badajoz se una a la Nación Andaluza otra vez.

Sí a la Torre Pelli


En Londres nadie ha puesto pega para construir el 'London Eye' en frente de las Casas del Parlamento. Nadie se queja de que se sigan construyendo torres por todas partes, porque eso es un reflejo de la actividad de la City y de su vitalidad. No entiendo cuál es el problema con esta iniciativa. Dejemos en paz a los pocos andaluces que son capaces de renovar nuestra tierra. Londres vive de lo viejo y de lo nuevo. A mí me parece que Sevilla puede y deber de hacer lo mismo que todas las grandes ciudades del mundo.

lunes, enero 16, 2012

Gazpacho Mental



Se puso a hacer su gazpacho como siempre. Después de mezclarlo todo, se dispuso a tomar la primera cucharada esperando quizás añadir un poco de vinagre o sal como es costumbre. Después de hacer algunos añadidos, se quedó un poco confuso, absorto y perplejo. Pasó un rato antes de intentar darle el último toque, pero aún así, no quedó nada convencido. En realidad no había pasado tanto tiempo desde la última vez que lo hizo, quizás seis meses o un año. Sin embargo,   no estaba seguro si aquél  gazpacho sabía a gazpacho. Después de tomarse una taza, pensó sobre el tema una vez más pero lo dejó por imposible. Antes de acostarse volvió a acordarse del tema casi por casualidad y tras otro intento por comprender, por fin encontró una explicación: nunca había vivido solo durante tanto tiempo. Tampoco había hecho gazpacho estando solo en otro país.

Al final, se acostó con la ambivalencia del no saber si en realidad había tomado gazpacho o de si habría creado un extraño sucedáneo. Cerró los ojos y conforme todo se volvió oscuro, la realidad le ayudó a conciliar el sueño. 

sábado, enero 14, 2012

Doble Pedestal



A principios de los años 80, Richard Freeman debía de rondar los 18 años de edad. Por aquella época se lo podría haber descrito como un espabilado jovenzuelo de origen judío residente en Brooklyn, Nueva York. Muy imaginativo y de inteligencia penetrante, leía con avidez y disfrutaba de las películas y de todo cuanto pasaba a su alrededor, incluyendo por su puesto las chicas. Al ir acercándose a esa edad en la que uno empieza a tomar decisiones, Richard se sintió en un cruce de caminos cuando se encontró un día reflexionando sobre su futuro profesional. Por un lado quería estudiar matemáticas en la universidad. Por otro lado, tenía mucho interés en la vida cultural, el cine y la literatura. En ese sentido, pensó si a lo mejor podría intentarlo escribiendo guiones. Su amigo Samuel, que era menos aventurero pero tan friki como él,  le propuso que intentara contactar con alguien famoso que pudiera en un momento dado aceptar uno de sus guiones. No pudieron evitar pensar en Woody Allen, ese genio de Manhattan. Intentar dirigirse al maestro sería como un gesto imposible de llevar a cabo, de modo que decidió una táctica indirecta. Acto seguido, empezó a revisar los créditos de las películas que había visto de Allen, y encontraró los nombres de dos productores. Lo echó a suerte y se encontró con Jack Grossberg. Richard encontró un par de nombres exactamente iguales en las páginas amarillas. Ambos residían en la periferia de Central Park. Richard se sorprendió al llamar al primer número. La secretaria de Mr Grossberg estaba al otro lado del teléfono. Seguidamente, Richard no dudó en contarle a Julie su plan profesional, a lo cual ella le sugirió que probara con el segundo  productor, que al parecer estaría mucho más capacitado para orientar al joven guionista. Julie le pasó el teléfono de Robert Greenhut. Un poco desanimado y pensando que todo quedaría en una frustrante anécdota,  Richard contactó con Marie, la secretaria de Mr Greenhut. Marie dio una excusa similar, pero esta vez, el teléfono que obtuvo fue el del mismísimo Mr Allen. Richard quedó perplejo, y cuando se lo contó a Samuel, ambos quedaron suspendidos en el limbo durante bastante tiempo pensando que esto sí que iba a ser un número falso.

Al cabo de unos días, Richard decidió llamar y acto seguido se encontró escuchando la dulce voz de Danielle, la secretaria de Woody Allen. Ella le concertó una cita con el famoso director y en menos de un periquete se encontró sentado frente él, en su oficina de Manhattan. Richard se sorprendió al ver al hombre respondiendo a sus preguntas con una actitud profesional y sincera. Esto facilitó a Richard a desplegar todas sus dudas existenciales, ante lo cual Woody le dijo que;  -en realidad el mundo del cine es bastante duro, no te recomiendo que te dediques a escribir guiones, además, yo nunca uso guiones de otros- Richard absorbió todo como una esponja. Woody le aconsejó finalmente; -…que pienses bien sobre el asunto, yo por mi parte me inclinaría por estudiar matemáticas…estoy seguro que tendrás más éxito profesional-

Después de recibir la más especial orientación educativa, Richard se decidió por estudiar su licenciatura en matemáticas y tras años de desarrollo profesional consiguió una plaza de profesor en la Universidad. Nunca se atrevió a escribir un solo guión,  pero la vida de matemático tampoco le ha parecido nada fácil. De hecho, ahora se dedica a trabajar para una empresa de apuestas online.  A pesar de todo Richard sigue adorando las películas de Woody Allen y como él, da consejo sincero a todos los jóvenes que se encuentran en ese delicado momento de la vida. 

miércoles, enero 11, 2012

El Niño Adoptado


(Basado en un cuento judeoandaluz llamado: el niño nacido en una cárcel)

Charlie fue adoptado con un año de edad. Sus padres adoptivos lo trataron muy bien, y él respondió creciendo sano y amándolos con gran entrega. Cuando cumplió la mayoría de edad, sus padres le dijeron la verdad tras lo cual Charlie se sintió profundamente abandonado. Sus padres no comprendieron su reacción, puesto que ellos creyeron actuar amparados por la ley y por la verdad. Charlie continuó su vida, ya nunca más sostenido por un amor que a partir de aquél día sintió como falso. Sus padres intentaron hacerle razonar. Le dijeron que los Servicios Sociales habían sido muy generosos en darles la oportunidad de tener el hijo que ellos nunca hubieran podido concebir. Pero Charlie continuó sin entender porqué todos esperaban que él se sintiera agradecido por semejante acto de benevolencia gubernamental.  Sus padres insistieron, y convencidos de su misión educativa, trataron de hacer ver a Charlie que en última instancia, debía estar agradecido a Dios de que su vida fuera tan afortunada.

Tras muchas diatribas Charlie decidió estudiar Trabajo Social y dejó el hogar familiar para ir a vivir a la gran ciudad. Después de graduarse y encontrar su primer trabajo, mandó por carta a sus padres adoptivos una suscripción por varios años a una ONG para apadrinar a un niño en Africa. Nunca más volvió a ver a sus padres.