miércoles, junio 27, 2007


Ser Andaluz, un Privilegio


Ser Andaluz es como viajar a hombros de gigantes. El mundo tiene más sentido. La misma Tierra parece más redonda y hermosa a hombros de gigantes. Hay una larga fila de mujeres y hombres Andaluces que han luchado por el progreso de nuestra sociedad y de la humanidad entera. Es un orgullo Ser Andaluz. Es asombroso a veces ver que algún que otro andaluz rehuye de su identidad. Rehuir de nuestra identidad no es un fenómeno raro. Muchas personas que sufren por causas psicológicas, lo hacen debido a trastornos relacionados con su identidad.


Desde hace mucho tiempo se nos ha venido intimidando y se nos ha intentado hacer sentir pequeños, invisibles y ridículos. Pero esa época ya se acabó. Nos ha costado mucho esfuerzo a todos llegar hasta aquí. Este arduo camino se ha hecho con vicisitudes y dudas. Pero, ¿no es así la vida de una persona?. Aquellos que están ciertos de todo reducen sus posibilidades de aprendizaje y de conocimiento. Sentirse a veces inseguro no es malo. Incluso puede ayudarnos a reforzar nuestra identidad como personas. Así es como yo me dí cuenta de que había un Andaluz dentro de mí, que intentaba abrirse paso a través del encorsetamiento español. Nunca me sentí contento de ser español. Para ser un español de segunda, prefiero no serlo.


Hay una historia muy larga de abusos que explican porqué los Andaluces están a la cola de la españolidad. Se nos dice que olvidemos lo que pasó hace quinientos años. Ya intentamos olvidarlo, pero los españoles nos lo recuerdan cada día cuando vemos las estadísticas. Ser joven, andaluz y mujer son los tres rasgos del típico ciudadano en paro dentro del Estado Español. ¿Se necesitan más evidencias?


Las raíces y el poder Andaluz son tan enormes que se nos ha intentado desmembrar. Si Andalucía poseyera sus territorios históricos dominaríamos políticamente a España. Como eso no puede ser, los españoles amputaron de Andalucía diversas 'provincias' para empequeñecernos y disgregarnos. La historia de disgregación y desintegración ha tenido facetas sociales, pero como vemos también geopolíticas. Ser Andaluz es un orgullo. Y a Andalucía la queremos entera, no hecha pedazos. No tengamos miedo a ser Andaluces, que no nos den más miedo los abusos y los pillajes de los poderosos. Andalucía Una.

Las Raíces Sociales del Fenómeno Andaluz

La mayor parte de nosotros pasa casi toda su vida perteneciendo a un grupo de personas, el cual asimismo pertenece a una organización más amplia o a una institución. Todos tenemos familia, amigos o relaciones laborales que nos atan a diferentes grupos humanos e instituciones. En este cuaderno de bitácora exploramos las implicaciones que tiene el pensar que los grupos humanos que constituyen Andalucía como una Nación, no son sólo una entidad observable. Andalucía como pueblo posee una entidad y una dinámica inconsciente comparable a la que se describe en el psicoanálisis cuando hablamos de individuos.

Desde hace tiempo muchos estudiosos han coincidido en observar que la interacción entre dinámicas conscientes e inconscientes en grupos humanos es un hecho. Las fuerzas sociales que han conformado lo que conocemos hoy día como Andalucía han sido fuerzas conscientes e inconscientes. Los sistemas sociales pueden ser estudiados asumiendo que se comportan como sistemas con presente, pasado y futuro.

Uno de los temas que las perspectivas psicosociales y psicoanalíticas coinciden en describir es el solapamiento entre funciones estructurales e inconscientes en los grupos humanos. Creemos que el trabajar a nivel individual para desarrollar y perfeccionar la conciencia Andaluza no es suficiente. El desarrollar individualmente la capacidad de autoconciencia no es suficiente para crear las condiciones en las cuales esta sensibilidad pueda ser utilizada con fines políticos. La perspectiva de grupo tampoco es suficiente por sí sola. Lo vemos evidenciado en las tremendas dificultades de los partidos nacionalistas andaluces para ganar terreno en el tejido social andaluz. La carencia de una perspectiva global en los nacionalistas andaluces hace que fallen consecutivamente elección tras elección. Si unimos ambas perspectivas, los psicosocial y lo individual entonces forjaremos un modelo bidimensional que permita un cambio estructural en Andalucía.

Después de la desorganización social producida por la progresiva penetración de Castilla y sus Aliados en el Mundo Andaluz, el reconstruir nuestro País es una misión compleja. Ayudar a reconstruir nuestro Mundo equivale a repoblar un erial o tratar psicológicamente a exsoldados de combate. En el psiquismo del andaluz medio puede que predomine el miedo y la desconfianza. Por eso los partidos nacionalistas pierden más votos más rápidamente que lo que debieran. Cada fallo político (i.e. infructuosas alianzas para beneficiar intereses personales y no del pueblo) supone una enorme pérdida de confianza sobre la supervivencia de nuestros valores.

Creo que es mejor ir despacio y abocar por un progresivo crecimiento de la ciudadanía Andaluza. De nada sirven las revoluciones abruptas. Un cambio progresivo y bien entendido no necesita la quema de iglesias ni de bombas en Madrid. Al Andalus volverá, pero no por vía de las armas. La mejor arma es comprender nuestra situación y formar un bloque unitario. Somos Andaluces allí donde estemos. Promocionamos todo lo Andaluz allí donde estemos. Nos sentimos protegidos y seguros por los valores Andaluces. Nadie puede batirnos en este campo. Las profundas raíces sociales de Andalucía nos ayudarán a desarrollarnos como las encinas. Despacio pero bien. Ha habido incendios devastadores, sequías horribles. Pero las raíces siguen ahí. Esperando la menor oportunidad para lanzar un enorme árbol protector hacia el cielo. Entender el inconsciente Andaluz es tan importante como conocer nuestra Historia o saber de política, si queremos cambiar nuestra sociedad.

domingo, junio 24, 2007


¿Quiénes somos los Andaluces?



¿Quiénes son aquellos que inventaron la agricultura, la ganadería, la industria metalúrgica, la apicultura? ¿Quiénes son los que ostentan la bandera más antigua de Europa? ¿Quiénes son los que protagonizan la mitología más antigua de todo Occidente? ¿Quiénes son?



¿Quiénes son los que pretenden no saber? ¿Quíenes son los que parecen sumirse en el despropósito? ¿Quiénes son los que se contentan con ser los bufones del reino? ¿Es esto un meandro más de nuestra historia?

¿De dónde venís Andaluces? ¿A dónde váis? ¿Qué extraño mal aqueja vuestras memorias? Dicen los psicólogos que el olvido es un fenómeno activo. No se puede olvidar así como así. En efecto, el olvido implica una acción o mecanismo específico para desactivar las huellas de la memoria. Se necesita recordar que algo no es importante para poder dejarlo a un lado. Parece entonces que entramos en un terreno farragoso cuando nos damos cuenta que el olvido puede ser una señal de aviso. Pues no se entiende bien porqué, al menos en un primer momento, el que para los andaluces olvidar tenga que ser algo más importante que recordar.

Pues no creo que más que olvidar, el problema de los andaluces fuera la demencia. Si fueramos dementes significaría que estaríamos al final de nuestra historia. ¿Es eso cierto?

Los pueblos que han sufrido y han sido explotados a veces tienen que olvidar. Pero, ¿han olvidado los judíos? Quizás sí. Todos los judíos sefardíes que no reconozcan a su verdadera tierra prometida, están olvidando. También olvidan los vencedores. Se olvidan de los crímenes y de los orígenes humildes. Todos olvidamos entonces.

¿Es entonces tarea de las generaciones jóvenes de andaluces seguir olvidando? ¿De seguir jaleando a los opresores? ¿De seguir lamiendo el trasero a los caciques? ¿De someterse a oligarquía y nobleza extranjera que estrangula a Andalucía? ¿Es tiempo de dejar a un lado quiénes somos? ¿Es momento de dejar que otros definan nuestra personalidad? ¿Es ésta la época en la que no importa lo que seamos o lo que dejemos de ser?

Andalucía es sabia. Andalucía sabe que el mundo da muchas vueltas, y que las cosas no pueden cambiarse en dos días. Pero de seguir olvidando, puede que aprendamos o que nos amaestren a olvidar con todas nuestras ganas. Para entonces podrán ponernos un espejo delante, y ya no apareceremos en él. Seremos como los servidores del Vampiro. Ese día seremos los más grandes olvidadores de Occidente. Los olvidadizos. A partir de ahí el resto del mundo realmente nos tomará como dementes.

miércoles, junio 20, 2007


¿Itálica, porqué te tienen así?

Yo que te ví por primera vez en una excursión de colegio, nunca te olvidé. Y siempre que te visité, me dí cuenta que pocos te querían como yo, Itálica.

Itálica, madre de Trajano y Adriano. Madre de todos los andaluces y de Inglaterra. Itálica, tú que ayudaste a civilizar Albión y a medio mundo, ¿porqué no se acuerdan de ti?. Te veo a medias, entre ruinas mal conservadas y tapada por la fea Santiponce.

Tengo que venir a Pompeya para acordarme de ti. ¿Cuánto me impresionó Pompeya? Mucho, pero tu me impresionas también. Tienes preciosos mosaicos y grandes avenidas como Pompeya. Tienes panaderías, bares y palacios. Y teniendo a Sevilla al lado, ¿porqué no te engalanan?.

Pompeya, aunque digan lo que digan, la encontraron hecha ruinas, como cualquier ciudad antigua. Ahora se invierte dinero y tiempo, en reconstruirla, en recrearla y es realmente hermoso. Pompeya eres la más bella ciudad antigua, conservada casi como fueras hace dos mil años. ¿Porqué tu hermana Itálica está tan abandonada?.

Hay una fundación para la conservación de Itálica, de la que Borbolla, el que fue presidente de la Junta de Andalucía, preside. ¿Qué es lo que estáis haciendo por Itálica?. Lo mismo que con el Carambolo y muchas otras ruinas. Olvidarlas.

En otros países, las ruinas se han convertido en un centro de reflexión. La historia trata del pasado con vistas al futuro. Las ruinas son un centro cultural y creativo, no un mero vertedero de piedras viejas. Pompeya, te conjuro a ti y a las almas que allí viven sepultadas para que ayudes a todas las ruinas de Andalucía, y nos des fuerzas para que podamos restaurar el Mundo Antiguo. Mundo que es la base de nuestro presente.

Pompeya, he visto tus calles, tus casas, tus pinturas y fuentes. He visto tus cadáveres enterrados por las cenizas del Vesubio, como congelados en el tiempo. Y yo mismo me he congelado de miedo. He apreciado cómo tus arqueólogos cuidan tus tesoros y con qué esmero te recuperan y con qué emoción los turistas te admiran. Itálica, madre Andaluza, ahora estás en las sombras. Los turistas pasan de largo sin verte, sin saludarte. Si estuvieras en Inglaterra serías la Ciudad Antigua más conocida del mundo. En Inglaterra hay dos asociaciones sin ánimo de lucro que restauran ruinas, y que tienen apoyo de millones de ciudadanos. Yo he pertenecido a una de ellas. El National Trust. Pero Itálica, tú estás en Andalucía. Itálica, te veneramos y te debemos un respeto. En nombre de Itálica y de todas las ruinas andaluzas, pido desde aquí una iniciativa para recrear y reactivar el interés por todas ellas, desde la primera hasta la última. Sin historia viviríamos como las cucarachas. Iríamos revoloteando de un sitio a otro sin saber porqué, golpeándonos contra las paredes y escondiéndonos de la luz. Seríamos como insectos, devorando todo a nuestro alrededor sin reparar en nada. ¡No somos insectos! ¡Viva la Historia!

¡Campania, ti amo!!

¿Sur de Italia?, ¿qué te puedo decir?. ¿Qué pudiera decir un andaluz del Sur de Italia?. No lo sé. Los últimos días de mi vida han pasado a través de una estela de luz llamada Campania. ¡Qué emociones!, ¡qué belleza!, ¡qué gentes!. Llegué a Ravello por la noche, conduciendo a ciegas desde Nápoles. Realmente no tuve ni tiempo de pensar con qué me iba a encontrar. Salí a trompicones del avión de EasyJet, y desde que pisé suelo sureño quedé como hipnotizado.

Dice un vecino mío y amigo, que es un profesor retirado de literatura inglesa, que hay escritores ingleses muy buenos. A él le gusta un tal Tolkien. Tolkien escribió el imaginativo El Señor de los Anillos. Dice que la historia ocurre en la Tierra Media. Supongo que mi querido amigo Leslie que tiene tan buenas palabras con escritores de su nacionalidad pero de cuestionable imaginación tiene que olvidar muchas cosas, o por lo menos ignorar muchas cosas para no contradecirse. Y es que como muchas veces pasa, los ingleses, como los castellanos, se apuntan puntos cuando no se lo merecen. Tolkien era sudafricano. Y Leslie nunca supo que la Tierra Media es el Mediterráneo hasta que un andaluz se lo dijo. Traigo esto a colación, porque no resulta extraño que a muchos intelectuales que no pertenecen a la esfera Mediterránea reproduzcan en sus libros ideas o aspectos de nuestro mundo, y que nos lo vendan como algo suyo o como algo original. A alguno le sonará estrambótico que traiga a colación un libro de fantasía para hablar de Campania. Pero insisto, la fantasía y la imaginación son producto del mundo real. El mismo D.H. Lawrence que escribió el muy controvertido libro El Amante de Lady Chatterley, lo tuvo que hacer en Campania. Lo que fue una historia provocativa para la sociedad británica de su época (principios del siglo XX) quizás no lo sería tanto para los de la Tierra Media. No hay que ser muy leído para saber de libros anteriores a la supuesta revolución Lawrenciana como el Decamerón o el Heptamerón. De hecho, al pasear por las calles de Ravello y de Amalfi tengo la sensación de que miles de intrigas y amores se suceden uno tras otro entre sus estrechas y sinuosas callejuelas empedradas.

Y es que una intriga me trajo a Campania. Una mujer que me desafió una noche en un pub llamado The White Hart, me esperaba en Ravello. Una mujer bella e inteligente. Me invitó a compartir su secreto. El secreto de su origen. Quería revelarme algo personal, quería revelarme parte de su historia. Yo fui a ciegas, casi sin saber a donde iba. Cuando llegué a Ravello supe porqué se iba a casar allí. Shahla, una mujer medio iraní, medio italiana se iba a casar con Gareth, un inglés afincado en Roma. El destino no nos ha separado aunque ni ya vivimos en el mismo país, ni estamos casados.

Ella sigue siendo muy amiga mía, y como a todos sus allegados nos regala con sus secretos y su magia. De modo que allí nos llevó. Al lugar donde nació su madre y donde ella misma recrearía el mito del eterno retorno. Campania, qué bella. Cuánto me recuerdas a Andalucía. Campania, llevas a Andalucía en tus ojos y en tu mirar. Y qué decir de tus pueblos y tus campos. Qué puedo decir de tus ruinas y tus recuerdos.

Pero también hay una Andalucía oscura en Campania. A través de tus calles he visto una Andalucía obsoleta, una Andalucía que daba por desaparecida. He visto tus calles y he visto mi tierra como fuera hace treinta años. ¿Qué pasa en el Sur de Italia?. He visto basuras sin recoger durante días. He visto calles sin asfaltar o sin aceras. He visto avenidas sin rotondas y sin semáforos. He visto pobreza. Qué dolor y qué pena. Ver sufrir a Campania es ver sufrir a Andalucía. La Italia del Norte debe ser hermana de España. Pero una hermana más envidiosa y despiadada. Castilla y España han sido más dulces con Andalucía con la democracia.

Campania, me despido de ti sintiéndolo mucho. Con dolor en el pecho. Con dolor de enamorado. Pero también con pena de verte así. Espero que prosperes y te cures. Los románticos no pueden salvarte. Han de salvarte tus gentes. Todavía hay mucho que luchar en la Tierra Media para poderla salvar del poder absoluto. ¡Campania ti amo!