lunes, septiembre 28, 2015

La Andalucía del Norte y las Virtudes de la Moderación

Siguiendo la tendencia general de comentar sobre lo que pasa en otras geografías, los andaluces olvidan preocuparse de lo fundamental que es su país, y publican en todas partes artículos y comentarios sobre la Andalucía del Norte. 

Dado el hartazgo sobre lo mismo, hagamos algunos comentarios algo diferentes y mordaces, para poner algo de interés, en este manido tema. La Andalucía del Norte, es aquél lugar donde muchos emigrantes de nuestro país se transforman en unos grotescos individuos que reniegan de su propia identidad y su tierra. Se vuelven organizados cuando nunca lo han sido, y se manifiestan en la calle para pedir sus derechos de ciudadanía cuando nunca lo hicieron aqui en su tierra natal. Instigan a sus hijos a olvidar su país y su lengua y exigen sistemáticamente atacar o convertir a todos a esa turba de estrafalarios individuos que inventan naciones y paises donde no los hay. Marcharon pobres y viven como pobres de espíritu, malditos por una diáspora mal asumida.

Lo peor de todo esto, es que muchos españoles, aquellos que siempre han negado que exista otra cosa que España, se muestran ahora sumisos y aterrados ante tales vándalos. Por supuesto ignoran quién está tirando de las cuerdas, ¿o no lo ignoran?. A saber.  Es el todo o la nada y desde luego los españoles son muy dados a perder. No saben apreciar lo que tienen, y por tanto acaban perdiéndolo todo. En este caso, daban por perdida a la Andalucía del Norte. Gracias a que en realidad, todo esto no es más que una estratagema política para obtener prevendas, al final va a parecer que nada ha cambiado y todo sigue igual. Y los miedos serán seguidos por más y más prevendas para los ricos sin nombre y con apellidos de alta alcurnia. Es que el tirititero solo quiere dinero. Eso no importa, porque los agraviados de Andalucía ya se encargarán de hacer algo para seguir con su actitud extremista y en lugar de contribuir a la expansión y el desarrollo de Andalucía continuarán como renegados inventando la rueda y convirtiendo todo lo que tocan en una especie de Anti-Andalucía.

Es Andalucía la madre del nacionalismo universal, y por tanto, el que reniega de ella, desea convertir todo lo que toca en un cortijo exclusivo, un coto de caza para elegidos, en un acto paroxístico de xenofobia a ultranza. No se puede escapar de Andalucía. O se es Andaluz o se es anti-Andaluz. Por desgracia, tanto los renegados como el resto de la Iberia rancia, no ha aprendido las premisas más básicas de la filosofía mediterránea; las virtudes de la moderación. No se trata de acaparar prevendas sino de distribuir la riqueza y fomentar el desarrollo de los pueblos. ¿Dónde estará la mano izquierda que tanto se esconde entre banderas de salvación y de identidades inmaduras? ¿Es esa Andalucía del Norte, una Andalucía gay, inmadura y con problemas de identidad? Puede que lo sea. En cualquier caso, continuemos con la danza eterna de los títeres y la sed de poder de los tirititeros, porque los emigrantes les siguen el juego.

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