lunes, octubre 14, 2019

Jornadas Islámicas de Almonaster

Las Jornadas Islámicas de Almonaster la Real, municipio de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche, son un evento que parece ya consolidado y que muestra una diversidad de oportunidades para el visitante. Me pregunto los motivos por los que una iniciativa de este tipo ha tenido este calado en un lugar tan remoto de la Sierra Onubense, y no por ejemplo en Sevilla o quizás en la ínclita Granada. Prefiero reservarme las respuestas.

En cualquier caso, este año las Jornadas han tenido de invitada de honor a Turquía, la cual ha prestado a dos magníficos artesanos del dibujo y el ebru, para goze de niños y adultos. También ha habido presentaciones de estudiosos del arte islámico y numerosas actividades callejeras que han dado vida a esta pequeña población serrana durante unos días. Tampoco ha faltado la música, con la presencia de elementos sufíes, flamencos e incluso otomanos, para una vez más dar esa sensación de comunidad islámica internacional que tan importante ha sido y es en el mediterráneo.

Una reflexión que incluso hasta los más pequeños comparten es la siguiente: la todavía persistente insistencia en hablar de "árabe", de cuando los "árabes estuvieron aqui" y semejantes sandeces que irritan hasta al más estoico. Incluso una experta en tejidos andalusíes hablaba de una España Islámica, refiriéndose a una época en la que no sólo España ni Portugal existían, sino que casi toda la península era territorio andaluz. Hubiera sido más respetuoso decir la Iberia Andaluza, pero claro, resulta que nacionalistas son sólamente unos cuantos, y supremacistas nadie. Pero a pesar de estas incoherencias, en general, merece la pena ver a la gente compartir en paz su cultura, es decir la cultura andaluza, que se manifiesta de mil maneras diferentes, y aunque a muchos les moleste, sea la parte islámica la que lanzó y relanzó la cultura Europea a los niveles que tenemos hoy día. Sin el renacimiento experimentado en Al Andalus, tras la caida de Roma, hoy día no valoraríamos ni la ciencia, ni la filosofía ni nada parecido. Gracias a Al Andalus una vez más, y gracias a Almonaster