Fin de Semana en Gales

Después de tantos fenómenos paranormales, hemos decidido escapar a un lugar mágico dentro de las isla británicas. Hemos ido a parar a la península de Lleyn, más concretamente a Llanbedrog. Un pequeño pueblo costero al norte de Gales donde aún se oye hablar la antigua lengua Cymraeg. La fundación del pueblo se atribuye a un señor llamado San Pedrog que fundó una iglesia en el lugar en el siglo VI.

La península tiene algunos bosques pequeños de pinos y el resto es principalmente un lugar austero donde el paisaje cambia de la noche a la mañana si el sol aparece. El verde de la hierba cobra entonces una fuerza inusitada e incluso el heather, que es una planta típica de estas islas también regala belleza a la luz del sol. Por lo demás es un lugar azotado por el viento y con poca actividad humana comparado con Inglaterra. De este modo se convierte en un lugar idóneo para descansar y olvidar por unos días el ajetreo diario y lo ordinario de nuestras vidas.

Con respecto a su estatus político, creo que es similar al principado de Asturias y no es comparable a Escocia, país mucho más activo políticamente y con más posibilidades de llevar a cabo la deseada independencia de Inglaterra. Aunque esto parece lo más probable, bien es cierto que Inglaterra reconoce a Gales también como un país, y le permite celebrar competiciones deportivas separadamente, así como proteger el idioma nativo galés.

Los galeses que conozco son gente muy amigable y noble. Son fáciles de trato y afectuosos, cosa que nos hace muy próximos. Y aunque culturalmente somos muy distintos, creo que vivir en Inglaterra nos hace a todos muy hermanos unos de otros. ¡Viva Gales!