domingo, agosto 16, 2020
La Vida Sigue
La historia marca su paso a un ritmo extremadamente lento, tan lento que exaspera. Todos caemos en la impaciencia y en las prisas. Esperamos desde aquí que no dejemos de aprender, porque así podremos avanzar. No podemos llegar a una república si ni siquiera sabemos lo que es. Sabemos lo que no queremos, pero eso no es suficiente. Queremos igualdades, pero acabamos imponiendo criterios unilaterales, verdades y pensamientos únicos, como nuestros antecesores hicieron no hace mucho. Los periodos de grandeza e inspiración dejan paso a otros capítulos con grandes retrocesos y destrucción. Nos creemos modernos pero acabamos sermoneando y sentenciando como viejos y casposos sacerdotes de pueblo. De hecho, puede que no seamos tan modernos como creemos. La fauna urbana se renueva a toda prisa, pero en realidad no ofrece cosas nuevas, quizás nuevas poses y formas de producción y consumo. Los bolcheviques del siglo XXI siguen cometiendo los mismos errores de siempre. Dictando doctrinas que ellos no pueden cumplir e intimidando a sus contrincantes, incluso si son de su propia estirpe. Ahora mismo, la pandemia más peligrosa es la ignorancia y el miedo a lo desconocido. La sociedad es fuerte y poderosa. Juntos navegaremos seguros, y a donde queramos. No hay que perder la calma.
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