Si en la anterior entrada he expuesto los atractivos de un negocio clásico, en esta declaro mi apoyo por el talento y la iniciativa empresarial andaluza. En este caso se puede comprobar cómo es posible desarrollar un negocio en un campo competitivo como el de la comida para llevar, siendo fiel a la comida casera y sobre todo el amor a la gastronomía. La dueña de este local lleva dos años establecida en el barrio de Sevilla Este, en la Avenida de las Ciencias. El diseño minimalista del establecimiento y su pulcra presentación son un gusto para la visión y sus platos no defraudan al estómago. Ayer compré carne mechada y espinacas con garbanzos y con mucho gusto desaparecieron del plato en un santiamén.
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