Recuerdo en los años noventa, como ya en los sindicatos se respiraba el aire de comercialización y mercantilismo de las relaciones laborales. Se veía ya a un sindicato como una fuente de prebendas y favores, de trucos y modos de huir del compromiso laboral. El empresario era un enemigo, pero claro, todo se veía de color de rosa. El empresario era el heredero del señorito andaluz. ¿Cómo no detestar estas figuras de poder? No nos dábamos cuenta que el mundo estaba cambiando, y los malos no eran tan malos y los buenos no eran tan buenos. Así dicho, los propios partidos de izquierda empezaron a hacerse populistas casi sin darnos cuenta. A fagocitarse unos a otros, a competir como empresas y a odiarse y odiar, para así ambicionar más y más poder. Todo esto sin ninguna alarma social, ni ninguna respuesta política de ningún tipo. Aunque ni el feminismo era nada nuevo, ni el igualitarismo, ni ningún valor que pueda hoy reconocerse en los medios de comunicación, ahora se traen como si fueran nuevos y frescos. Es como resucitar a un muerto. Esto está todo superado. Lo que importan son los ciudadanos, pero la izquierda sólo quiere votos. Sólo quiere asegurarse una parcela de poder como lo haría la derecha. De modo que la izquierda está corrupta y es comercial como lo pueda ser la derecha. Ahora se vende el inconformismo como un derecho. El postureo de sentirse ofendido por cualquier persona a la que se pueda linchar y objetar. Es la autolegitimación de la izquierda como una policía social, al igual que lo fue la Inquisición. A día de hoy, no estar de acuerdo con un postulado de izquierda es ser fascista. No tener simpatía por el lobby homosexual implica ser "homófobo"....Uno es acusado por pensar...al final estamos cayendo en los mismos lugares desde donde quisimos en un primer momento alejarnos. La frustración es necesaria. Se aprende de los demás y se debería de celebrar la diversidad de opiniones y puntos de vista. Si la izquierda se vuelve así de rígida, ¿qué esperanza nos queda? Esperemos que los fanáticos se aburran y acaben dándose cuenta que aquí lo que importa es la raza humana y no los intereses de partido. Y dado que estamos en Andalucía, lo que importan son todos los andaluces. ¿Alguien conoce qué partido defiende a los andaluces? Si alguien conoce alguno, que por favor lo diga alto y claro.
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