miércoles, septiembre 29, 2010

Anécdotas de un Catedrático de la Lengua

Un catedrático universitario llamado Jose María Pérez Orozco habla sobre una situación en la que la lengua de los andaluces fue ridiculizada por un par de periodistas y de cómo él replico a tal afrenta.





domingo, septiembre 26, 2010


Sobrevivir a los Sueños

En la versión digital de El País han sacado una sección llamada 'Preparados' donde las generaciones jóvenes publican algunos párrafos catárticos para desahogarse. Sus situaciones son complejas pero no desesperadas. Es bueno que un periódico tan conservador se atreva a publicar estas notas verídicas y autobiográficas de lo que vive la gente normal lo cual sugiere que debe de existir un alto grado de tensión en la sociedad española en estos momentos.

A mí me gustaría unirme a esos mensajes pero de otra manera porque creo que a pesar de ésta excepcional válvula de escape para las masas cultivadas que se ha creado, hay una falacia esencial. Creo que la situación no ha cambiado desde que yo tengo memoria. Siempre ha sido difícil para todos los hijos de padres analfabetos. Vivir con padres incultos e intentar romper con la cultura de clase baja es difícil y ha sido difícil en todo momento en la España del siglo XX.

Ahora vivimos una vida diferente porque los sueños se pueden hacer realidad. Se puede viajar y emigrar con poco, se puede aprender idiomas por poco. Se puede ganar comprensión sobre otra cultura y planear un cambio drástico de vida con la ayuda de internet. La información está ahí al alcance de la mano. Nunca ha sido tan fácil marchar de casa. Por tanto, no hay razón para quedarse.

A lo mejor nuestros padres no pudieron soñar porque no había aspiraciones y por eso fueron tan conservadores. Pero al ver el progreso en sus narices, nos forzaron a nosotros a tener un sueño o muchos. Pero ser ambicioso cuesta y hay que sacrificarse. Después de la burbuja inmobiliaria y de los triunfos deportivos no hay nada para España. La salida es la emigración. Todos los que puedan deberían de marchar y hacer su camino en otro lugar. La emigración es un proceso inevitable en la historia humana. Es momento de hacer las maletas, llenarlas de sueños y marchar de una vez por todas.

Por favor no vendan las historias falsas de que sólo los 'cerebros' se van. Se van los cuerpos, las mentes, los pobres y los menos pobres. La idea de los 'cerebros' no es sino otro mito español. Todo el mundo tiene talento, todo el mundo merece una oportunidad. Lo dice un psicólogo que ha ayudado ya a muchos andaluces con currículum nulo a triunfar en Inglaterra.

Yo salí de Andalucía sin haber conseguido becas para el doctorado y lo he conseguido todo afuera. Yo no era un borde egoísta agresivo e hipócrita. Era pobre pero nunca traicioné mis valores de izquierda. Por eso fracasé en mi tierra.

Sois precisamente vosotros, los que no sois predadores y feroces los que triunfaréis afuera. Los mediocres que saben dar codazos, chupar el culo y sobrevivir con las migajas son los que acabarán siendo las estrellas y cerebros españoles (aunque cada vez con menos opciones donde buitrear). En el extranjero se valora la capacidad de vivir con los demás, en España se valora la agresividad, la psicopatía, la falta de respeto y la crueldad con el prójimo. Así os va, un país que se suicida.

Hemos vivido una juventud sin derechos ni disfrute, por eso somos ávidos consumidores. Ahora tenemos que sobrevivir a nuestros sueños sin que éstos nos aplasten. Hay que aprender a vivir y vivir en sociedad. España nos ha convertido a todos en zombis, ciegos y sin ideales. Para los que hemos sobrevivido nos queda simplemente disfrutar de nuestra vida siendo protagonistas. En España no importamos un pimiento por tanto, que le den por culo a Zapatero y a su España de hidalgos y de sangre azul. ¡Continuemos con nuestros sueños viviendo allí donde se nos trate con respeto y dignidad!

sábado, septiembre 25, 2010


Soy Una Buena Persona

Suzanne era una mujer entrada en años pero sana y activa. Casada desde hacía muchos años todavía tenía el ímpetu y las ganas de hacer cosas, como por ejemplo ir a la piscina o viajar. Suzanne era una típica inglesa que amaba el té y los gatos. A pesar de su timidez, vegetarianismo y amor por lo doméstico, le gustaba mucho ver mundo, pasear y por su puesto nadar.

Su estricto sentido de lo correcto y del 'bien' le obligaba a recordarle a todo el mundo las normas de comportamiento sin importarle si tenía que abochornar a alguien. Gran amante de los animales, detestaba a los vecinos con niños porque los padres ponían repelente de gatos en sus jardines, pero ella no percibía que las heces de sus gatos podían hacer daño alguno a nadie. Para ella los animales tenían derechos inalienables, supongo como los suyos. Quizás su pérdida de fertilidad le hacía repeler de algún modo a las parejas en su etapa 'productiva'. Por ejemplo, antes de irse de viaje a París para el fin de semana, se quejó de que una pareja se metió en la piscina con sus niños pequeños 20 minutos antes de que empezara la hora de los niños, a pesar de que no había nadie más usándola (a parte de ella misma, claro). El padre el espetó que él trabajaba muchas horas al día y no se dio cuenta de tan ridícula cosa. Aunque Suzanne era suficientemente inteligente, sólo captó subliminalmente la indirecta de que el joven le estaba pagando su pensión y ella tenía todo el tiempo del mundo para hacer lo que quisiera como persona retirada. Esto no la alteró lo más mínimo y le respondió fríamente al joven que mirase las condiciones del contrato del gimnasio. Acto seguido se fue a su casa olvidando el incidente de inmediato y se preparó para el viaje a París. Se reunió puntualmente con su grupo de 'elderly people' y alegremente se fueron a St Pancras Station a tomar el Eurostar. Allí había una gran cola y con los nervios el grupo acabó colándose delante de una pareja con niños. Sin embargo, el estricto código ético de Suzanne pasó por alto este hecho. Más adelante, ella se quedó rezagada y tuvo casi que correr para colocarse detrás de sus compañeros para subir al tren. En este caso, Suzanne llevaba una maleta con ruedas y al situarse delante de otra familia con bebés y carrito, le torció el tobillo al bebé para poder colarse delante de la familia. La madre le llamó la atención y Suzanne se hizo literalmente la 'sorda'. Pero el error fue demasiado grave, ya que su estricta disciplina inglesa había acabado por romperle el tobillo al bebé. Cuando el padre le zampó una patada en el culo que le rompió el coxis y algún que otro hueso de mayor tamaño ya no hubo manera de reconciliar su conciencia ética con la realidad de su egoísmo hipócrita. Los insultos antifranceses que profirió contra el agresor no evitaron una grave convalecencia y por su puesto no aliviaron su desmayo ante la pérdida del litigio en los juzgados. Suzanne murió por suicidio poco tiempo después debido a su desinterés por vivir en una silla de ruedas. Se la despidió de este planeta como a una verdadera británica; sin dramas y sin lágrimas. De hecho sólo fueron al funeral unos cuantos carcas como ella. El resto de sus amigos estaban demasiado ocupados viajando o yendo al gimnasio.

viernes, septiembre 24, 2010


Equinocio de Otoño

Ayer fue el equinocio de Otoño, ese momento en el que el día y la noche tienen igual duración. El clima ha cambiado de pronto y hemos observado cómo se ha levantado un viento frío y seco que de alguna manera ha marcado con puntualidad el cambio de estación. Todo esto también coincide con que la luna está llena. En estas horas tenemos la luna de la 'cosecha'. Una coincidencia adicional pero mucho más aleatoria tiene que ver con los nacimientos de seres humanos. Ayer mi mujer, que es matrona, me dijo que varias plantas maternales tuvieron que cerrar de la cantidad de mujeres que estaban pariendo.

Aquí en Inglaterra la crisis no se nota para nada. Todo el mundo anda ocupado como siempre, las mujeres embarazadas y las carreteras abarrotadas de coches. La vida sigue igual.


viernes, septiembre 17, 2010


El Amor quedó Atrás

Homayoon había escuchado multitud de veces sobre la experiencia de enamorarse. Las historias de amor llegaron hasta él a través del teatro, conversaciones entre adultos o entre sus propios amigos y finalmente a través de los libros. Las narraciones y descripciones de cómo la gente se siente y qué es lo que pasa cuando uno se siente cautivado por tales sentimientos podían filtrarse por cualquier sitio y llenaban la vida de todos en aquélla época.

No fue por ello una sorpresa que un día, Homayoon acabó por enamorarse. Al fin y al cabo había escuchado tantas cosas sobre el amor, que sólo necesitaba una víctima o mejor dicho un objeto amoroso para añadir su nombre a la interminable lista de enamorados. Tras esto Homayoon lógicamente pasó por esas difíciles horas y días en las que el enamorado sufre y se desvive. Desgraciadamente y como en muchas historias de amor sucede, Homayoon continuó viviendo su vida siendo golpeado una y otra vez por el 'amor' pero pocas veces acariciado o bendecido.

Cuando cumplió veinticinco años decidió que ya había tenido suficiente y decidió pasar a otro capítulo de su desarrollo vital. Homayoon se dio cuenta muy pronto que a esta fase se la podía denominar 'Don Juanismo'. Después de años de frustraciones y deseos incumplidos, Homayoon se dedicó a acostarse con todas las mujeres que pudo en el menor tiempo posible. El 'amor' había quedado atrás, y asimismo quedaron en la cuneta las decepciones y los celos, el sufrimiento y el estado hipnótico en el que uno se supone que se encuentra por culpa del ser amado. Homayoon descubrió que tenía talento en este campo y que su talento acabaría cambiándolo a él y a otros.

De hecho Homayoon acabó convirtiéndose en un individuo un tanto crítico, indomable y cínico. El 'amor' dejó paso a un tipo de experiencia con altibajos emocionales pero excitante. Una experiencia de la vida en la que no había más continuidad que la búsqueda del propio bienestar. A tantas gentes conoció en la cama, que su filosofía de vida acabó calando en las diversas capas sociales de la ciudad. Muchos hombres y mujeres dejaron atrás el 'amor' y adoptaron su modo de vivir, dada la tendencia de Homayoon a expresar intelectualmente su forma de comprender las relaciones humanas. A partir de entonces se acabaron las diferencias sociales, la esclavitud de la familia y la sumisión a la autoridad autolegitimizada. Toda la ciudad se convirtió en una auténtica red social de amigos y eternos compañeros de una aventura genuina, la de que vivir la vida consiste en vivir aceptando tu propia responsabilidad e individualidad. Ya nadie relegaba sus intereses y sus necesidades para favorecer poderes dominantes o intereses establecidos. El conocimiento y la propiedad era cosa de todos, así como el disfrute del cuerpo.

Sin embargo, las ciudades vecinas no reaccionaron bien a este singular desarrollo histórico. Las gentes poderosas de otras localidades se sintieron recelosas porque temían perder su poder y hegemonía. De este modo empezaron a crear rumores de que la ciudad de Homayoon no era más que un gran prostíbulo, un lugar corrupto y malvado. Muchos hombres fueron curiosos a visitar la ciudad y a burlarse y tomar por hetairas o pelanduscas a toda mujer que fuera hospitalaria o amigable. Conflictos y violencia no tardaron en llegar hasta que fuerzas militares de la región sitiaron y destruyeron la ciudad de Homayoon. De aquella experiencia solo queda ya algún cuento que nos suena lejano y atávico. Pero es verdad que allí se vivieron mil y una noches de placer. Y la gente fue por una vez realmente buena. Pero como siempre pasa, al final el 'amor' es el vencedor.
Para Vivir, París

No conozco las barriadas periféricas de París, pero lo que se refiere a la zona central, resulta un lugar ideal para la vida. A parte de tener una extensa red de transportes públicos y de parques, la gente dispone de libre acceso a mobiliario urbano como el que se ve en esta foto (una mesa de ping pong). La diversidad de tiendas, cafeterías, museos, cines, teatros y servicios de todo tipo es sobrecogedor en comparación con cualquier otra ciudad que he visto y la hospitalidad de la gente es singular. París es una ciudad que merece ser vivida y experimentada. Es un ejemplo de ciudad que debería inspirar a otras ciudades. Pero claro, hay cosas que no se pueden copiar, como por ejemplo el propio ambiente que crean las personas que allí viven. Los parisinos parecen tener una buena autoestima y no se inquietan por la presencia de otros. Toleran al curioso o al que mira perplejo. Aceptan y disfrutan de los demás (y de las obras de los demás como los edificios, jardines y obras artísticas) y quizás por eso todos hacen mayores esfuerzos en cuidar sus propias apariencias, lo cual se agradece. Esta seguridad interior hace bello incluso lo feo.

jueves, septiembre 16, 2010

What did you do in Paris? -Nothing really-

Aunque todavía estoy de vacaciones he ido a ver a mi jefe y a otra compañera para no perder comba. Me preguntan qué he hecho en París ya que he estado unos días en aquella ciudad. Culturalmente (esto es, los ingleses esperan que digas algo puramente formal y predecible) se esperaba que dijera algo así como que he visitado algún museo o visto algún tipo de actividad artística. La realidad es que simplemente he estado paseando con los niños y con mi amigo Carlos y he disfrutado de la vida como no lo suelo hacer en Inglaterra. Los ingleses no saben qué más se puede pedir a este mundo a parte de gastar dinero y aparentar. Hemos estado unos días compartiendo alimentos de calidad, cocinando, saliendo a la calle y disfrutando de la gente y viendo los bellos barrios de París. Por cierto, nos tropezamos con el museo de la masonería francesa pero no nos dejaron entrar porque estaban realizando un ritual (almorzando supongo) y reabrerían a las dos de la tarde. Esto nos impulsó a nosotros a realizar el mismo ritual.

En la foto uno de esos buenos vinos que ya en Inglaterra no se beben porque los australianos son los que saben de eso ahora. También se puede ver unas maravillosas copas donde escanciamos y libamos el zumo sagrado.

miércoles, septiembre 15, 2010


Y Los Dioses Cayeron

Hubo una época en la que los hombres creían que la ciencia consistía solamente en investigar aquello que se podía contar o pesar. En aquella época también esos hombres creían en dioses, en cuentos de hadas, fantasmas y espíritus. Esta contradicción se explicaba puesto que la ciencia estaba separada de tal modo de la religión y de la superchería, que impedía que éstas últimas fueran 'medidas', 'pesadas' o 'contadas' por la primera.

Poco a poco, las religiones y otras creencias absurdas fueron estudiadas por aquellos hombres que los científicos consideraban como colegas rebeldes. A pesar de la oposición de la ciencia oficial, las religiones fueron objeto de estudio sistemático. Acabaron siendo contadas, medidas y pesadas de acuerdo a su fuerza y trayectoria. Una vez que este nuevo paradigma científico despegó como disciplina, una a una fueron cayendo. Al final del largúisimo y arduo proceso que supuso una tremenda resistencia de lobbies y de poderosos manipuladores, no sólo las religiones y la superchería enfermaron de muerte, sino que los mismos dioses cayeron desplomados del cielo.

Aquí en esta foto se puede apreciar el último dios caído mientras los niños se divierten saltando sobre su cadáver.

Relato dedicado a Carlos Gonzáles (andaluz y ciudadano de París, Francia)


viernes, septiembre 10, 2010

Los Londinenses van de Oscuros

Acabo de venir de Londres hace un rato. Esta es una foto que he tomado de la Estación de Liverpool Street sobre las seis de la tarde, en la que se puede apreciar cómo la gente va de oscuro. Supongo que es un estilo que da seriedad y te hace más delgado/a. A parte de esto, también se puede decir que los ingleses son oscuros u opacos. Habiendo tanta gente no se escucha ningún ruido. Nadie habla ni se miran a la cara. No hay contacto ocular ni muestra de interés por nada. Es una cuestión de actuar como en Matrix. ¿Estarán todos psicóticos? Puede. Aparentemente un 20% de la población inglesa escucha 'voces'.


domingo, septiembre 05, 2010




Por las Calles de Southend

Es la desembocadura de un río importante pero no es Sanlúcar de Barrameda. Es un lugar lleno de identidad y de gente castiza pero no es Cádiz. Es un pueblecito llamado Southend que despide al río Thames o Támesis cuando se dirige al mar del Norte. Sus aguas tienen un color indefinido, como su cielo, el aire huele a cieno y la gente intenta imaginar que aquello es un lugar de relax, pero más parece otro lugar donde vaciar los bolsillos en franquicias de tiendas conocidas durante los días de descanso que un verdadero lugar para dejarse llevar por la brisa y los olores del mar.

Aquí en la foto vemos una casa de Southend donde la primera impresión que uno tiene es que la gente no tiene miedo a los cacos. Todo bien a la vista en patios con verjas bajas; paraguas, botas altas, zapatos y demás arreos para los caminos húmedos de Inglaterra. Pero dado que llevo viviendo en este país desde hace tanto tiempo ya sé que es simplemente una mezcla de dejadez y de sentir que el resto del mundo les importa un pimiento (eso sí sin molestar, claro).