viernes, septiembre 07, 2007


Cuando el mundo está al revés


Llevo desde hace ya bastantes años viendo a personas con problemas de salud mental en un contexto terapéutico. Sin embargo, me sigue sorprendiendo cada vez que veo a otro cliente, paciente o usuario de salud, cómo éstas personas son las más razonables y sensibles del mundo. Hay veces que la única conversación brillante o humana que tengo en todo el día, es con una persona que supuestamente tiene un trastorno mental. Es aquél al que se le considera "loco" el que me parece el más cuerdo la mayor parte de las veces.

Esto me hace pensar que quizás, la persona que acude a hablar con otro para recibir un apoyo, cuidado, guía, tratamiento o lo que sea por parte de un psicólogo, en realidad es una persona que tiene un grado significativo de comprensión sobre lo que le pasa. O al menos un grado importante de aceptación de que hay un problema. Y es una persona que quiere escuchar lo que otro piensa de él o ella. ¡Qué gran virtud!

Más de un colega en ese sentido discute sobre el hecho de que la gente que va por la vida jodiendo a los demás, sin importarle nada ni nadie, tengan un trastorno mental o no. La gente que va pisoteando los derechos de los otros y que hace daño por que sí, ¿tienen realmente un trastorno? Es un psicópata o una persona antisocial un individuo con un problema psicológico? ¿o somos los demás los que tenemos un problema con él?

¿Cómo podemos protegernos de éstos individuos? A veces pienso que los individuos amorales son los únicos que deberían recibir el título de "locos". El resto son personas con dificultades y nada más.


Individuos ávidos de poder, sedientos de sangre y de violencia pueblan los cargos políticos, militares, religiosos y de las empresas. Las organizaciones parecen infectadas de gentes que sólo buscan su propia satisfacción o interés. Aquellos que son sensibles huyen, abandonan los cargos. Y dejan a los amorales dominar todos los campos.

Es por ese motivo quizás contribuye a que hoy día que sabemos más que nunca sobre el ser humano y la naturaleza, haya más guerras y conflictos inútiles. Son los violentos y sin escrúpulos los que dominan las conversaciones, los parlamentos y los estados. Aquellos que carecen de sensibilidad humana, toman las decisiones que requieren el mayor juicio y comprensión de la naturaleza humana. Recuerden a cualquier individuo en situación de poder ¿Escuchan a los demás? ¿Aceptan críticas? El mundo está al revés.


¿A dónde nos dirigimos? ¿Podríamos vivir sin ellos? ¿Cómo podríamos hacer para anular el poder que ambicionan? ¿Tal vez Walden Dos? No lo sé.

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