viernes, septiembre 07, 2007


Desconfiar de las Instituciones



Las instituciones se llenan de parásitos y mediocres. A veces el trabajo escasea. En ese caso, los que no tienen escrúpulos ocupan los puestos. Cuando hay trabajo, los ambiciosos buscan los puestos de poder. Cuando hay algo que compartir, los que parten y reparten son los que más egoísmo demuestran.

Los llamados líderes suelen ser abusones y agresivos. Son los que tienen estómago para castigar y suprimir privilegios. Los líderes secuestran la libertad de expresión y la voluntad del grupo. ¿Ha sido alguna vez un líder representativo de un grupo?

¿Son necesarios los grupos humanos? ¿O estamos condenados a sufrir el vivir en grupo? Ahora entiendo a los anarquistas o ácratas. Desencantados de la burocracia y la falsedad de las organizaciones humanas. Kafka representó perfectamente el desapego de muchos humanos por sus semejantes, cuando están al mando de organizaciones. Lean “El Castillo”. Enigmática obra.

¿Cómo podemos protegernos de las instituciones? ¿Cómo podemos impedir que abusen de nosotros? Estamos tan acostumbrados a vivir en esta sociedad que no podemos imaginar vivir fuera de ella. Somos tan vulnerables que necesitamos vivir al lado de otros, a los que llamamos vecinos, pero a los que nunca les dirigimos la palabra. Al mismo tiempo no nos fiamos de nadie, y necesitamos puertas, llaves y sistemas de seguridad. ¿De quién tenemos miedo?

Se habla del crimen y de la injusticia. De que habría que poner un policía en cada esquina ¿Se habla de si son necesarios los criminales? ¿Qué harían los policías y los jueces sin gentes a las que detener y acusar? ¿Quién es realmente el interesado en que exista el crimen? ¿el ladrón o el juez?

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