martes, marzo 25, 2008

El Imperio de las Emociones
Si ayer hablaba de cómo los europeos y gringos se auto-hipnotizan para creer que un imperio es algo bueno (a pesar de la evidencia de que es algo imposible) y a la vez se las ingenian para desarrollar un sistema paralelo de piedad con los 'dominados' (te ahogamos pero no te matamos), uno se puede preguntar ¿Cómo es posible que el ser humano se autoengañe de una manera tan sofisticada?
La respuesta puede que esté hoy día más cerca que nunca. Hoy que estudiamos a los asesinos y psicópatas y que diseccionamos a los que 'pierden' su salud mental y a los que creen 'ganar' cuando son violentos, hoy es cuando podemos tener una idea mejor de lo que pasa en las mentes de los enajenados, y por extensión la vida colectiva de los pueblos enajenados (es decir, los pueblos europeos).
Los pueblos europeos han sufrido enormes presiones demográficas, políticas y culturales que han dificultado un desarrollo sano de nuestra vida colectiva. El resultado ha sido una cultura europea plagada de un excesivo sentimiento de autoimportancia e individualidad que ha convivido a la vez con una crueldad y una ferocidad sin par. Para mantener sentimientos tan extremos, la vida psíquica colectiva ha tenido que estar dividida en compartimentos estancos. Ha sido la única forma de continuar el insano desarrollo de nuestra historia. Crueldad y piedad han coexistido en la cultura, como lo existe en la mente de un asesino. Un asesino se ve a sí mismo como bueno. Los demás lo vemos como malo, pero él mismo es incapaz de ver su 'maldad'. Así también funcionan las culturas, desconectándose de sus emociones más perversas, y justificándolas cuando éstas no se pueden ocultar.
En un mundo donde la propaganda de lo 'económico' puebla la cultura y la sociedad actual, abogo por la idea de que ni la política, ni la economía dominan a la sociedad. Son las emociones, las que dirigen sociedades e individuos. Sino que se lo digan a los bancos y a las bolsas. Ellos si que saben de emociones.

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