viernes, julio 09, 2021

Todo No Vale

 

José Miguel era un talentoso electricista que lideraba su propio negocio. Era un hombre muy trabajador y dedicado padre de familia, que ahora volvía de su faena diaria a casa, después de un más que satisfactorio día laboral. Iba andando por una calle muy céntrica de la ciudad, cuando percibió que un amigo suyo venía justo en sentido contrario, por el otro lado de la acera. Se sintió algo asustado puesto que pareció ver a su amigo andar hacia atrás, pero como el hombre se detuvo al ser llamado desde la otra acera, José Miguel se olvidó rápidamente del asunto. Se alegró mucho de verlo, aunque al principio lo vio de espaldas (lo reconocería incluso de espaldas, porque era un amigo de toda la vida) y no esperó a que estuviera a su altura para llamarlo con alegría. El amigo, que parecía muy ensimismado en sus pensamientos, tardó algún tiempo en reconocerlo, y como no reaccionaba a sus gestos, decidió cruzar y abordarlo sin más dilación. –¡Muy buenas señor! ¿Cómo estás? ¿Cuánto tiempo, no?- dijo José Miguel. El otro parecía como estar en un sueño del que no podía despertar. No hizo gesto alguno de aproximación o de siquiera estrechar un saludo con su mano. José Miguel, que era muy prudente, le dio tiempo a que el otro recuperase la compostura, o a que quizás finalmente le dijera algo. Poco a poco, el amigo fue saliendo de su estado de estupor. –Perdona, es que acabo de salir de la consulta de mi psicólogo- José Miguel entendió que quizás la sesión le había dejado algo perturbado, lo cual pensó, debe ser bastante normal al acudir a un experto en el funcionamiento de la mente. –Ya veo, si, bueno, no te preocupes, y estooo, ¿qué tal tío, qué te cuentas?- Dijo José Miguel, tratando de evitar el asunto del psicólogo. Al fin y al cabo, una consulta de ese tipo es algo bastante privado y confidencial. Sin embargo, el amigo optó por compartir su experiencia con él. –Pues la verdad es que estoy en un proceso de cambio…- A partir de ahí, el amigo comenzó a narrar su experiencia en la consulta de Don Antal Szerb, un enigmático psicólogo recién llegado de ultramar. Al parecer Szerb, es un hombre extremadamente especial o excéntrico, porque tiene un estilo de trabajar con los pacientes bastante radical. De hecho, José Miguel no sabía si dar o no crédito a lo que su amigo le contó. Al parecer Szerb recibe a los pacientes en una oficina en donde todos los muebles están pegados al techo, menos la silla donde se sienta el paciente. Incluso el mismo Szerb está sujeto a su sillón allá en el techo. Es un misterio cómo Szerb logra colocarse en dicha posición, pero el desarrollo de la sesión parece proceder con total naturalidad, a pesar de la extraña organización espacial. Szerb demuestra que uno mismo es el que está viendo las cosas al revés y que hay que despertar del sueño ilusorio en el que vivimos. José Miguel, tímidamente preguntó si eso era todo lo que el psicólogo trabajaba en la sesión o había algo más. El amigo le contestó que eso era sólo lo más superficial. En realidad, Szerb le está enseñando a tomar sus alimentos con una cañita por via nasal, y a prepararse para algunos cambios importantes. -¿Qué, ejem, cambios importantes?- Dijo José Miguel, aclarándose la garganta. Resulta que Szerb respira por la garganta. Se ha hecho una traqueotomía para poder así respirar de manera más pura y sin contaminación. –¿Contaminación de qué?-, -Pues contaminación de los deseos orales y también de los pensamientos, porque la boca es una fuente de impurezas de todo tipo, de modo que tengo que concertar una cita con un cirujano para empezar mi proceso de cambio-. Conforme el amigo daba más y más detalles, del estrambótico plan terapéutico al que se estaba sometiendo, José Miguel, se fue sintiendo más y más incómodo y preocupado. Dado que tenía gran respeto y estima por el amigo, optó por mostrarse asertivo y averiguar si este tratamiento tenía alguna base científica que lo sustentara, a lo cual el amigo le contestó que dicha psicoterapia se basa en un sólido pilar ideológico y también en la cosmología. –En laaaa…..cosmología-, -si, si, por supuesto, en la cosmología. No sé si estás informado de que la materia conocida sólo es un cinco por ciento de todo lo que existe en el universo….-, -no no, la verdad es que no lo sabía-, -pues sí señor, esto significa que casi todo lo que puebla el universo es materia y energía oscura-, -asimismo-, prosiguió el amigo, -los pensamientos son unas fuerzas emergentes que se legitiman a sí mismos por su mera existencia, por lo tanto, yo puedo pensar lo que quiera, y es posible que seamos esclavos de pensamientos anticuados y arbitrarios, heredados de un modo de relación social, fundamentalmente sesgado y falto de libertad e imaginación- José Miguel, no daba crédito a sus oídos, y como no sabía si salir corriendo o quedarse ahí pasmado, optó por decir algo diplomático; -yyyy….buenooo….¿qué tiene que ver la materia oscura con los pensamientos anticuados y todo lo demás?-, -bueno, eso es muy interesante-, dijo el amigo con gesto de misterio,-en realidad lo oscuro es lo que se nos oculta, y es preciso ponernos en contacto con nuestras partes oscuras para poder liberar todo nuestro potencial….si quieres te cuento las cosas que tengo que hacer con las partes ocultas y oscuras de mi cuerpo para liberarme….-, -nooo, no te preocupes, no me lo cuentes, ya me imagino qué cosas pueden ser, de verdad-. A estas alturas el amigo, no sólo parecía muy despierto, sino que resultaba más bien algo seductor, e incluso hipnótico en su actitud y forma de mirar. José Miguel se sintió muy agotado y sin paciencia alguna para poder seguir escuchando. De hecho, su nivel de vergüenza ajena y respeto por su amigo alcanzó cotas nuevas, que le permitieron hacer algunas preguntas algo controvertidas. –Una cosa que no entiendo, es lo siguiente-, -sí claro, adelante- dijo el otro, con una mirada inquisitoria. –Vamos a ver, es que si uno puede pensar lo que quiera y hacer cosas que te liberen, podrías dedicarte a pellizcar cristales o chupar candados; esto sería algo muy económico y más seguro, en vez de andar hacia atrás, o alimentarte por vía nasal- El amigo cambió su semblante y se mostró sombrío y algo enfadado. –Creo que estás respondiendo de una forma bastante normal a lo que te he contado; te estás poniendo a la defensiva, tienes miedo de abandonar tu anticuado sistema de referencia cultural, quizás te he contado demasiado sin darte tiempo a digerirlo- Aseveró el amigo, en un tono intransigente. José Miguel se vio abocado a ser más sincero y directo; -¿Sabes una cosa? Creo que te equivocas- El amigo se mostró decepcionado con José Miguel mientras mostraba su desagrado girando la cabeza de un lado a otro lentamente. Y le respondió lo siguiente; -Szerb es la punta del iceberg de un tremendo cambio cultural…Estados Unidos nos lleva la delantera en esto…ya verás que pronto el mundo va a cambiar…hemos estado esperando mucho tiempo a que la gente reaccione ante el imperialismo de lo cotidiano…es momento de convertirte en un activista de este movimiento, o quedarás anquilosado en la Edad Media de la cultura….- El amigo pronunció sus últimas palabras muy despacio, como saboreando cada una de ellas. Su voz se había hecho cada vez más grave, y su discurso parecía extremadamente convincente.  José Miguel ya tuvo bastante dosis de tonterías y sentenció; -mira querido amigo, debe haber muchos psicólogos en esta ciudad, no sé por qué vas a verlo a él, pero ¿sabes una cosa? Si Szerb fuera un bombero, sería uno muy peligroso porque se comporta como un pirómano-. Después de esto se despidieron con fría cortesía y cada uno volvió a caminar a su manera preferida. Al cabo de unos minutos de paseo vuelta a casa, José Miguel notó que algunos viandantes caminaban marcha atrás, y al poco también se percató que había más de una persona con traqueotomía y con una especie de filtro negro colocado en la garganta. José Miguel sacudió la cabeza en un acto de crédula incredulidad, y se dijo así mismo…-¡Bienvenido a la nueva normalidad!

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