La Persistencia de la Memoria

En relación a los apuntes anteriores, creo que a parte de lo histórico, social, político y cultural hay otro aspecto crítico que hay que valorar en la vida andaluza contemporánea.

La memoria individual y colectiva es fundamental. A pesar de lo que 'piensen' aquellos que niegan que la psicología es una ciencia de lo físico, lo cierto es que no puede haber nada más físico que la memoria. La memoria humana es un registro y por tanto está físicamente presente en el mundo que conocemos. Bien es cierto que los nuevos avances en la investigación psicológica han demostrado que la memoria es un mecanismo dinámico, no como la memoria de un ordenador o una biblioteca. La memoria es algo que se va distorsionando con lo que va pasando, y los nuevos registros alteran lo que ya está almacenado. De modo que la memoria no es siempre un fiel retrato de lo que ha sucedido. Sin embargo, la memoria persiste y se hace más fuerte cuanto más antigua es la memoria. Se puede hacer tan fuerte que acabe dominando la vida y el carácter del individuo, aunque las experiencias más cercanas al presente no tengan nada que ver con lo vivido al principio. Esto explica cómo las personas que han experimentado un trauma o han sido abusadas de pequeñas pueden seguir 'reviviendo' y estando martirizadas por lo que pasó cuando eran unos niños.

Si todo esto lo aplicamos al mundo social, a la historia reciente, es normal darse cuenta cómo para los que han vivido o mal vivido los 40 años de franquismo, esto ha constituido para muchos el equivalente a la impronta animal. Pero como la memoria es como es, aunque en la época de Franco hubiera muchas carencias, todavía mucha gente piensa que aquello era 'mejor'. Para los que sufrieron tanto bajo el régimen, nada es peor y por tanto, los desmanes socialistas no son nada comparado con lo que vivieron bajo aquél sombrío régimen. Esta podría ser una explicación psicológica de cómo la gente sigue viviendo en tiempo real en un mundo que ya no existe (el mundo de Franco).