miércoles, abril 30, 2008

La Necesidad de una Transparencia Financiera

Las sociedades modernas son extremadamente complejas. Y más si cabe, ahora que todas las sociedades están conectadas unas con otras como neuronas. Muchas son las cosas que una sociedad moderna necesita para seguir adelante y progresar. En este sentido, intentar entender qué es lo que está pasando en nuestras sociedades, en los distintos continentes, es un gran reto. Como profesional de la salud que soy, estoy limitado en mi conocimiento para poder entender dicho proceso, pero no podemos dejar que estos obstáculos nos intimiden y nos paralicen nuestra capacidad de reflexión . Hay muchas cosas que ignoro sobre los mecanismos sociales. Pero desde mis limitadas reflexiones, creo que puedo aportar alguna cosa a la sociedad andaluza y a toda aquella sociedad (o miembros de otras sociedades) que tengan curiosidad por ver cómo se funciona en otros sitios. Con esto doy un guiño y un saludo a todos los lectores que tengo en el planeta (Colombia, Venezuela, Ecuador, Malasia, México, Canadá, Alemania, Naciones Ibéricas, Reino Unido).
Hoy puedo decir que después de estar trabajando cinco años en el sistema de salud británico tengo que quitarme el sombrero por la admiración y el cariño que siento por este país. Admiración por el trabajo concienzudo para sacar adelante instituciones públicas con enormes gastos y una enorme clientela. Cariño, por la apertura a los que como yo, habiendo nacido, formado y criado en otra lengua y cultura, se me recibe como uno más.
Hoy he sido invitado a una reunión de directores de centros psiquiátricos por motivos técnicos (he servido como consultor respecto a la contratación de personal de psicología en dichos centros) y me he quedado impresionado con la transparencia que existe en cuanto a los dineros y en cómo se gasta dicho dinero. Creo que esto es sencillamente imposible de imaginar en el sistema de salud (que no sanitario) andaluz. Pero la realidad es que la calidad profesional e institucional en el campo de la salud en Andalucía luce por su ausencia (con brillantes excepciones, como siempre). Y esto es un problema estructural. No es una cuestión de culpar a los trabajadores. Es una cuestión de responsabilidad global (política, social, ética, cultural).
Los andaluces están culturalmente muy lejos de ser capaces de tener las cuentas públicas claras. Y esto es una rémora a la hora de mejorar una sociedad que hace unos quince o veinte años tenía a Europa en ascuas. Los europeos verdaderamente creían que Andalucía se iba a convertir en la California europea. Y no ha sido así. Todos lo sabemos, y los europeos están perplejos (se están preguntando, qué hemos hecho con los miles de millones que hemos recibido de Europa).
Desde mi humilde posición, creo que esto en parte se debe a nuestra incapacidad de ser honestos con el dinero público. Y esto se relaciona con nuestro concepto de lo 'público'. Hace poco me echaba las manos a la cabeza leyendo las declaraciones de políticos andaluces y españoles que decían que el dinero público 'no es de nadie'. Así nos va. El dinero público es de todos. La salud pública, la justicia, la policía, la educación, el ejército, el ayuntamiento. Todo eso nos pertenece a todos y todos tenemos la obligación y el derecho de velar por la calidad de la gestión de estos servicios.
Pero en Andalucía no hay ciudadanía para sustentar una opinión pública suficientemente sólida que pueda responder a este reto. Esto no implica que sea imposible, o que nunca suceda. Es sólo un comentario crítico de nuestra situación actual. Y mi gran preocupación es si esta inoportuna situación que ha sido recibir dinero público europeo y haberse malgastado, va a crear un abismo entre Europa y Andalucía que nos lleve a un aislamiento todavía peor que el experimentado anteriormente.
Por último, otro gran reto es la emigración. Criticar a los profesionales de la salud (y de cualquier otro sector) que vienen de fuera de Andalucía a trabajar y ganarse la vida es un suicidio cultural. Veo en los diarios digitales una tremenda animadversión contra los extranjeros en Andalucía que no me gusta nada y es muy preocupante. Yo no lo llamaría racismo, pero si lo llamaría incomprensión, falta de visión. De nuevo, El Reino Unido avanza rápido en este sentido. Y este país se enriquece y se hace más fuerte porque no tiene trabas a la hora de emplear a los más capaces, vengan de donde vengan. Una sociedad que se considere moderna, no puede rechazar a los emigrantes, sino más bien todo lo contrario, y esto es una asignatura pendiente en Andalucía.

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